- Retina artificial. Prótesis subretinianas:
Es efectivo en pacientes que han perdido la vista debido a una considerable degeneración de la retina, pero es necesario que mantengan el nervio óptico intacto. Es la única que no utiliza ninguna cámara, sino un pequeño chip que se coloca en la retina del paciente.
Las prótesis subretinianas se implantan entre la retina (en la capa de células bipolares) y el epitelio pigmentario retiniano. El acceso al espacio subretiniano se puede hacer desde el exterior (por incisión en la esclerótica) o desde el interior (a través del humor vítreo y de la retina). Se han desarrollado dos implantes subretinianos de muy alto nivel y estos son los que se describirán en detalle.
2. Implante en la retina. Prótesis epirretinianas:
El grupo actual de prótesis epirretinianas consta de tres componentes principales. El primer componente capta imágenes con una cámara que el ciego lleva en sus gafas. El segundo componente transforma la imagen en patrones de estimulación eléctrica. El tercer componente (un chip), situado en la superficie interna de la retina, estimula el resto de las células del interior de la retina. Se van a describir solo tres dispositivos que se hallan en las fases más avanzadas de desarrollo.
3. Implante craneal. Prótesis cortical.
Los primeros trabajos en prótesis visual comenzaron con la idea de desarrollar una prótesis cortical. En los años 60 y 70, Brindley y Dobelle empezaron con la implantación de electrodos en la corteza visual, estimulación eléctrica que derivó en fosfenos. Sin embargo, ya que el conjunto de electrodos estaban situados en el córtex, sobre la piamadre, las corrientes que se necesitaron para evocar fosfenos se encontraban en el rango de los miliamperios resultando una resolución espacial pobre, provocando molestias debido a la estimulación de la duramadre y, en algunos casos, actividad epiléptica focal.
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